La semana pasada, como cierre de nuestra semana de Consejo Técnico Escolar, tuvimos el gusto de recibir a la Maestra en Educación: Julieta Araceli Solís Sánchez, quien nos compartió el tema «Neurolingüística al servicio de la educación», donde a través de algunas dinámicas y una interesante charla, conocimos sobre el poder de las palabras y el grado de responsabilidad que tenemos al usarlas. «Muchas veces no nos damos cuenta de la forma en que hablamos, y lo importante que somos para las personas con las que conversamos» – Justamente la neurolingüística, como parte de la lingüística, aporta bases a través de mensajes positivos, generando dinámicas en los saludos, emociones y reacciones, comportamientos para enfocar la atención en objetivos propuestos. A través de algunas ilustraciones y videos reflexionamos sobre nuestro lenguaje muchas veces negativo, y cómo y qué tanto afecta un simple «no» en distintos episodios infantiles o trascendentes en la vida de cualquier persona, marcando nuestro comportamiento, muchas veces de manera permanente.  «La mente es tan poderosa, que si le dices «no lo voy a hacer», no lo harás no porque no puedes, sino porque así lo crees».

Esto llevado al campo educativo se vuelve interesante y sin duda importante, donde justamente como docentes desarrollamos con los niños/as distintos escenarios de conversación, en los que con un simple saludo podremos predisponer la dinámica de su día y la manera en cómo se desenvuelve con sus compañeros/as.

«El Efecto Pigmalión»,  otro concepto que se desarrolló durante la charla,  justamente habla sobre «la potencial influencia que la creencia que tiene una persona acerca de otra ejerce en el rendimiento de esta última.»

Como conclusión, Julieta nos compartió varias recomendaciones para generar con los niños/as y padres de familia, pequeñas pausas reflexivas en nuestra conversación, sabiéndonos importantes servidores de la educación, y que, como tales, nuestra responsabilidad irá más allá de la enseñanza común; somos con nuestra labor verdaderos responsables motivadores, o no, de los sueños y aspiraciones de los niños y niñas.

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